Raspado y alisado radicular
El raspado y alisado radicular es la higienización de la superficie radicular, es decir, a nivel subgingival, donde residen las bacterias periodontopatógenas.
El objetivo del raspado y alisado radicular es la descontaminación de la superficie radicular para permitir que la encía desinflame y vuelva a unirse al diente. En la periodontitis las especies bacterianas patógenas han accedido a la superficie radicular, debajo de la encía, causando pérdida de hueso. Por ello se requiere un tratamiento especial para poder eliminar estas bacterias.
Junto con el raspado y alisado radicular deben explicarse instrucciones de higiene oral para poder tener un buen control de placa en casa diariamente.
El raspado y alisado radicular proporciona muchas ventajas
Curación
Para la curación de la periodontitis el tratamiento inicial debe consistir en el raspado y alisado radicular.
Conservación
No es un tratamiento quirúrgico, sino que se trata de una limpieza a mayor profundidad.
Predecible
Un correcto raspado permite la desinflamación de la encía.
PREGUNTAS FRECUENTES
¿Es doloroso el raspado y alisado radicular?
El tratamiento se realiza bajo anestesia local, por lo que no debe ser un tratamiento doloroso en clínica. Es posible notar sensibilidad dental los días posteriores al tratamiento, que remitirá paulatinamente. En caso de sensibilidad es recomendable la utilización de productos para dientes sensibles.
¿Es un tratamiento que he de repetir de manera habitual?
El raspado y alisado radicular es el tratamiento inicial, no es necesario realizarse periódicamente, por lo tanto, es posible que no se requieran nuevas sesiones, pero debe ir acompañado de unas visitas de mantenimiento de por vida, que sí se realizarán regularmente. El realizar nuevas sesiones de raspado puede ser necesario en determinados casos clínicos.
¿Puedo hacer vida normal después del tratamiento?
Puede realizarse vida completamente normal después de la realización del raspado y alisado radicular.
¿Puede realizarse a mujeres embarazadas?
Sí, puede realizarse. Idealmente debe realizarse cualquier tratamiento dental previamente al embarazo, pero si debe realizarse durante el embarazo el momento más adecuado es durante el segundo trimestre.